martes, 6 de marzo de 2012

martes, 12 de abril de 2011

domingo, 13 de marzo de 2011

If the stars don’t shine



You and me,
You and me,
Nobody baby but you and me. (Hey, hey, hey)
You and me, (My, my, my, my, my, my, my, my)
You and me,
Nobody baby but you and me.

If the stars don’t shine, if the moon won’t rise, if I never see the setting sun again,
You won’t hear me cry, this I testify; please believe me, boy, you know I wouldn’t lie.
As long as there is

You and me, (Ohhh, oh, oh, oh, oh)
You and me,
Nobody baby but you and me. (Hey, hey, hey)
You and me, (My, my, my, my, my, my, my, my)
You and me,
Nobody baby but you and me.

If you love a soul more than fame and gold, and that soul feels the same about you,
It’s a natural fact, there’s no turning back, and here’s some advice to you:
You’ve got to say it’s,

You and me, (Ohhh, oh, oh, oh, oh)
You and me,
Nobody baby but you and me. (Hey, hey, hey)
You and me, (My, my, my, my, my, my, my, my)
You and me,
Nobody baby but you and me.

When love is real, you don’t have to show it.
When it is true, then everyone will know.
‘Cause there’ll be no one but

You and me, (Youuuuuuu)
You and me,
Nobody baby but you and me. (Hey, hey, hey)
You and me, (Ohhh, oh, oh, oh, oh)
You and me,
Nobody baby but you and me.

Do do do dooo do, woo woo
Do do do dooo do, woo woo
Do do do dooo do, woo woo
Do do do dooo do, woo woo

You and me baby.

Little women



-¿Qué disparate se te ha ocurrido ahora, Jo? -preguntó Meg, una
tarde de nieve, viendo cruzar el vestíbulo a su hermana con botas de
goma, un abrigo viejo con capucha, la escoba en una mano y la pala en
la otra.
-Salgo para ejercitarme -respondió Jo, con un guiño malicioso.
- Hubiera pensado que dos paseos largos por la mañana te bastarían.
Hace frío y está nublado; te aconsejo que te quedes al lado del
fuego, como yo -dijo Meg, tiritando.
-Nunca hago caso de los consejos; no puedo quedarme quieta todo
el día, y como no soy gata, no me gusta dormitar junto a la estufa.
Me gustan las aventuras y voy a buscar alguna.
Volvió Meg a calentarse los pies y leer Ivanhoe, y Jo comenzó a
abrir sendas con mucha energía. Como la nieve estaba floja pronto abrió
con la escoba una senda alrededor del jardín, para que Beth pudiera
pasearse cuando saliera el sol, porque sus muñecas enfermas necesitaban
tomar aire. El jardín separaba la casa de los señores March de la del
señor Laurence, las dos estaban en un suburbio de la ciudad, que todavía
tenía mucho de campo, con bosquecillos, prados, huertas y calles
tranquilas. Un seto bajo separaba las dos propiedades. De un lado había
una vieja casa oscura, algo desnuda y descolorida, desprovista ahora del
follaje de su emparrado y de las flores que en verano la rodeaban. Del
otro lado una casa señorial de piedra, que denotaba a las claras las señales
de la comodidad y del lujo, en la cochera grande, en los paseos
que conducían a los invernaderos y en las cosas bellas entrevistas detrás
de las lujosas cortinas. Pero, a pesar de todo, parecía una casa solitaria,
sin vida; no había niños que jugaran en el césped, ni rostro maternal que
sonriera desde la ventana, y con la excepción del viejo señor y su nieto,
poca gente salía y entraba.
A los ojos de Jo era un palacio encantado, lleno de placeres y esplendores,
que nadie disfrutaba. Por mucho tiempo había deseado contemplar
aquellas glorias escondidas y tratar al muchacho Laurence, que
parecía desear aquella amistad, aunque no sabía cómo entablarla. Desde
el baile había tenido aún más interés en tratarlo y había imaginado varios
modos de entrar en conversación con él; pero no lo había visto por
aquellos días y Jo ya empezaba a creer que se habría marchado, cuando
un día, en una ventana del piso alto, vio una cara morena mirando con
nostalgia al jardín de ellas, donde Beth y Amy se arrojaban bolas de
nieve.
"Ese muchacho sufre por falta de compañía y diversión -se dijo -.
Su abuelo no sabe lo que le conviene y lo tiene encerrado siempre solo.
Necesita la compañía de chicos alegres que jueguen con él, o por lo
menos de alguien que sea joven y animado. Ganas me dan de pasar y
decírselo así al viejo caballero.”
Aficionada a las aventuras, la idea le encantaba, y aunque sus acciones
escandalizaran a Meg, no echó al olvido el plan de “pasar” a la
casa vecina, y cuando llegó la tarde de la nevada, Jo estaba lista para
intentarlo. Vio salir en coche al señor Laurence, y entonces se puso a
abrir un sendero hasta el seto, donde se paró para hacer un reconocimiento.
Todo estaba tranquilo; no se veían criados; en una ventana del
piso alto, una cabeza de pelo rizado y negro, apoyada sobre una mano
delgada, era la única señal de vida.
"Allá está -pensó Jo -. ¡Pobre chico! ¡Completamente solo y enfermo
en un día tan triste! ¡Qué lástima! Arrojaré una bola de nieve y
cuando mire le diré algo para animarlo.”
Allá fue la pelota de nieve y al momento el chico volvió la cabeza,
mostrando una cara que perdió su aspecto de tristeza, con ojos que se
alegraban y labios que sonreían. Jo hizo una señal, rió y agitó la escoba
mientras gritaba:
-¿Cómo está usted? ¿Está enfermo?
Abrió la ventana Laurie y gritó, ronco como un cuervo:
-Mejor, gracias. He tenido un catarro terrible y llevo una semana
encerrado en casa.
-Lo siento mucho. ¿Cómo se distrae usted?
-De ningún modo; esto es más aburrido que un sepulcro.
-¿No lee usted?
-No mucho; no me lo permiten.
-¿No hay alguien que le lea algo en voz alta?
-Algunas veces mi abuelo lo hace; pero mis libros no le interesan y
no me gusta pedirle siempre a Brook que me lea.
-Entonces, llame a alguien que vaya a visitarlo.
-No quiero ver a nadie. Los chicos hacen mucho ruido y me duele
la cabeza.
-¿No hay alguna muchacha amable que pueda leerle y entretenerlo?
Las muchachas son más tranquilas y desempeñan con gusto el papel
de enfermeras.
-No conozco a ninguna.
-Me conoce usted a mí -comenzó a decir Jo, riéndose al punto y
parándose.
-¡Claro que la conozco! ¿Quiere usted hacerme el favor de venir?
-gritó Laurie.
-Yo no soy una persona agradable y tranquila, pero iré si mamá
me lo permite. Voy a preguntárselo. Cierre esa ventana, como buen
muchacho, y espere que vuelva.
Con estas palabras, Jo se cargó al hombro la escoba y entró en la
casa, preguntándose que pensarían de ella. Laurie estaba algo excitado
con la idea de recibir una visita y se apresuró a prepararse, porque,
como la señora March decía, era un "caballerito"
Para hacer honor a su visita, se peinó el cabello rizado, se puso un
cuello limpio y trató de arreglar el cuarto, que, a pesar de seis criadas,
estaba de todo menos en orden. Pronto sonó una campana y se oyó una
voz decidida preguntando por don Laurie, y una criada, sorprendida,
entró precipitadamente para anunciar la visita de una señorita.

jueves, 10 de febrero de 2011

polly pocket




























No sabemos jugar en el ser.
Según los viejos textos,
quien aprende a jugar en el ser
no habla ya de nada más:
sólo juega en silencio.
...
Pero a veces el silencio cambia el juego
y forma una palabra en el abismo.
Entonces la palabra se vuelve
otro juego en el ser.

(Roberto Juarroz. Poesía Vertical II)

viernes, 10 de diciembre de 2010

Lost

Que lindos que son los viernes, cuando se tuvo una semana laboral. Que lindos son los viernes a la tarde cuando se avecina el fin de semana, recordare esto cuando sea vieja.
Que lindo que es bailar, la experiencia de compartir la danza con amigos, con seres que te inspiran a cada momento, a cada luz que se enciende entre tanta gente.
Hay veces que la luz sobrevuela
Dios, cada cancion tiene forma en el movimiento y nada mas, espero no pare nunca!!!




Si las rosas están destinadas a ser rojas
Y las violetas azules
¿Por que no está mi corazón destinado a ser tuyo?

Mis manos anhelando tocarte
Pero apenas puedo respirar
Ojos fijos que me hacen derretir
Justo frente a mi

Perdida en este mundo
Incluso me pierdo en esta canción
Y cuando las luces se apagan
Ahí es donde me encontraré

Esta música es irresistible
Tu voz me hace arrastrarme desnuda
Inocente y pura
Imagino que ya has escuchado esto antes

Señor inaccesible
¿Esto cambiará alguna vez?
Hay una cosa que continua igual
Sigues siendo una fotografía en un cuadro

Perdida en este mundo
Incluso me pierdo en esta canción
Y cuando las luces se apagan
Ahí es donde me encontraré

Me pierdo en este mundo
Incluso me pierdo en esta canción
Y cuando las luces se apagan
Ahí es donde me encontraré
Sí, sí

Me pierdo en este mundo
Incluso me pierdo en esta canción
Y cuando las luces se apagan
Soy la única
Ooh

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Este post esta dedicado a alguien que estimo mucho, queria que supieras que me gusta que estes 25 horas al dia y que en unos años nos ponemos el Maxi

Bueno ya esta, lo saque afuera, lo dije.
:):):)
Ahora el sintoma expresado en paralisis deberia desaparecer, eso incluye el dolor de garganta.